martes, 3 de mayo de 2011

Si fueras tu


¡Esperando ver que mi vida se volviera un camino libre de sangre y dolor, me quede quieto ante los años, ante los crueles años que atacaban sin darme tiempo de nada! ¡Aunque siempre con miedo a no ver la luz del día siguiente, en este tiempo soy eterno! Tan eterno que no muero, que no lloro y que mis sueños son veranos azules.

Un color verde limón entre tus pupilas se fundió con las lagrimas que te deje de recuerdo ¿y sabes? Se volvieron collares de perlas, que aun guardo bajo el cristal de un olvido lejano.
Conservo la ironía de una sonrisa y deseo caminar descalzo bajo la tormenta hasta que esta acabe.
Son las 2 de la madrugada y no paso nada que nos pudiera hacer llorar, todos los bares terminaron sucios y los últimos borrachos quedaron tirados en la banqueta, sin frió y sin dinero.
¡Tu imagen del tiempo pasado desapareció, ya no eres el mismo beso que me hacia feliz! Ahora eres otros labios y no estas aquí para decirme calma o para levantar las latas vacías que quedan en la sala.
Todos los caminos tenían huellas y estaban teñidos de sangre, que aunque no era la nuestra, nos había dañando.
¡Los jardines de mi infancia se quedaron sin flores y al igual que todo lo de esos días, termino!
¡Cosas, voces y sueños ya solo son parte del recuerdo, del pasado eterno, que no muere!
El pequeño amor solitario se quedaba dormido a la luz de la luna, mientras volvía el pescador con sus redes vacías.
Después las 9, las 10, las 11 y así hasta que regresa el sol, que lleno de luz y vida las calles del pueblo, de aquel pueblo donde se vieron por ultima vez tus ojos y mis besos de despedida.

¿Adónde fui después?

¡No sé! Estuve esperando ver pasar palomas en la banca de otro parque, en otra ciudad, muchas veces con las flores de otros años y el extraño perfume de una mujer que nunca conoció el pecado de los caídos, y que ahora vive entre la muerte y el piso 27 del 420 a sur de ese parque.
El extraño pasillo que se terminaba en Y, me confundió, me lleno de miedo y tuve que cerrar los ojos para pensar, pero tome el equivocado, por eso estoy vendiendo inciensos de piel de rata en esta esquina de mil ruidos y pocas noches sin muerte.
¡No esperes nada bueno aquí!
¿Y si lo haces? recuerda que a:
(¡Iglesia de santo ajeno, milagro de caminantes!)
La ganancia de día fue, solo la necesitada, nada mas.
Una larga fila de traidores se hizo eterna, llego hasta las orillas del pueblo y no termino ahí, siguió con muerte, con sangre y con curas de ninfomanías extrañas.
La balanza de la paz perdió valor, se volvió guerra entre los bosques, pero no te bese, no pude tenias puesto el desprecio de mis heridas y te vi esconder tus lagrimas en una dosis de vino blanco.
Los niños caminaron sin zapatos entre las espinas, entre las minas sembradas por los que no supieron amar.
¡Y si aun al caer la noche escuchas los cantos de tu pasado, nos son mas que los ruidos de tu propio corazón, y nada mas!

¡Grité!
¡Lloré!
¡Amé!
¡Robe!

¡Por eso es que soy Humano!
¿Llegara la lluvia al desierto?
¿Serán otros locos los que matan?
¡Quizás, quien sabe!
Yo solo estaré aquí una vida y me iré.
¿Cómo queda todo?
¡Mejor!

¡Hoy pase por el lugar donde quemaron la iglesia y se ve mejor, ahora hay un jardín, tiene flores y bancas pintadas de blanco!
¡Paso aquel tiempo de botellas, pistas y amores de inocencia, pero todos se fueron! ¡Los árboles tiraron hojas, las golondrinas emigraron y algunas vidas se volvieron tumbas en fosa común, mientras que una luz decía, “walk” y los autos empañaban con sus luces!
El perfume que paso a lo largo de la avenida llevaba zapatillas negras, tenia 26 años y había parido un niño 2 años antes. Caminaba como perdida con sus recuerdos en una bolsa de diseño europeo, pero no era feliz, porque aun recordaba el tiempo del amor entre copas, libros de Gabriel G. Márquez y música de F. Páez. Y era el mismo perfume de rosas heridas con sabor a coco.
¡Él ultimo tren nunca llega y si llega se va sin decir adiós, dejándole al corazón los dolores de otros pecadores y llorar no soluciona nada, cállate!
Ya de regreso la misma calle, otra gente pero no lo entendió, ya estaba alucinada de cerveza y aspirinas.
Al día siguiente veras el mismo sol y desayunaras huevos con queso amarillo, quizá beses nuestras fotos y sino de cualquier modo somos un buen recuerdo de pan y espada.
Lo rapaz nos dio un engaño y nos dejo tarea de fin de semana.
¡Oye! ¿Cómo te llamas?
¡Calla, prefiero leerlo en tu tumba!
Cuando paso el invierno te compraste ropa nueva y aprendiste a cocinar patos en salsa de naranja, todo para esperar el regreso de quien nunca se fue de tu lado.
Descubrí un cementerio de frascos llenos de abortos a la orilla del pueblo y tenían miedo de verme a los ojos, bésame y vete, o quédate, pero no trates de cambiar la vida.

¡El reloj se había detenido a las 5 con 10 minutos y 35 segundos del día 15, aunque no supe si eran de la mañana o de la tarde y ni de cual mes era, esto debido a que era un reloj muy corriente (timex, expedition, indiglo, ‘WR 50 mts’) y a que hacia tanto tiempo que no lo tomaba en mis manos, que hasta me estaba empezando a olvidar de ti. Y solo yo sé porque lo digo.
Seguí limpiando recuerdos y desempolvando discos de otros tiempos.
¡El y sus días se perdieron en los rayos de sol, como paso tantas veces!
Los árboles desnudos en aquel verano de vientos norteños, se comenzaron a morder sus ramas unos a otros, ya ni siquiera podían sujetar los columpios de los niños, estaban débiles, tanto que ni los pájaros se acercaban a ellos y lloraban sus ramas las flores de otros agostos pecadores y hechizados.
¡Mas estaciones se quedaron atrás, unas de otoño y otras de ferrocarril, pero todas atrás en un olvido de 1000 y una noche, una muy fría!
¡Quién llora no muere y quien se queda espera, pero no puedes pensar que vives si estas en una burbuja y dejas mi amor afuera, aunque pueda ir al rió por agua siempre estará sucia y la escalera, solo tiene 16 peldaños y 2 están rotos, ten cuidado!
¡Solo el perro y el abuelo comen pan duro, tu no!
Campos llenos de fresas se escondían del sol, pero el camino les partía en dos, les cortaba sus sueños de estar juntos.
¡Al pasar sobre mi cadáver, no lloraste! Solo te alejaste llevando contigo el rezo de una mentira bien encubada, la cual guardabas entre tus pechos calientes de recuerdos y de otras pasiones bajas.
¡Las mujeres con rebozos y cantos de cristo! ¡Llevaban el dolor de una vida, de una mala suerte que no les dio el amor de otros, ni les hizo madres, porque les hizo monjas!

¿Quién ama?
Espero ver la luz y murió en un huracán mientras dormía.
¡Yo sabia que esto era todo lo que tenias, por eso te compre pan de trigo y crema de leche para dos días, pero vendes la sangre la próxima vez!
Estrellas, manzanas y cerdos, todos caven aquí, todos son, ¡el todo eterno!, Como la suma de nieve y polvo entre tu nariz, entre las mentiras del viejo moulin rouge.
¿Quién te besa después de mí?
¡Nadie, estoy seguro, nadie!
¡Callo la noche y las calles encendieron sus luces!
¡Tenias miedo de dormir en la calle, fue la primera vez!
¡Aquel perfume seguía cruzando la avenida cada mañana! Con sus largas piernas, largas como sus desprecios, como su eterna búsqueda de amor perdido, de amor de inocencia entre días de marzo.
Quería recordarte entre jardines, en pequeñas plazas de pueblos olvidados, en fragancias de amaneceres ahogados de rocío y en todo lo que fuera imagen de tu pasado.
Después de todo las noches se olvidan de los cometas, les besan y se vuelven sol.
Tus dos centavos de la infancia se han devaluado, ahora ya son inútiles al igual que tus sueños. ¡Por eso me iré!
Y al tocar tierra ajena seré mas llanto, mas miedo, pero lejos, muy lejos de los lujos que dan tus labios.
¡Ellas estaban ahí, todas las palomas susurraban sus ruidos alrededor de la fuente, solo esperando que alguien les tirara un pedazo de pan, luego algún niño lleno de enérgica
Vida las espantaba causando un sonido sincrónico que distraía a los que leían los diarios extranjeros del día.
Cada vez las zapatillas se veían mas desgastadas y tus ojos al igual que tu piel mas cansados de vivir.
¡Y un domingo mientras lloraba tu impuntualidad escuche y vi pasar una marcha fúnebre, con muchos llantos hipócritas de todas clases, de muchos años, la sentencia que sentí de ver pasar la muerte ante mis ojos y tu dilatada llegada, eran como el presagio de lo que pudiera pasar estando vivos!
¡Comenzó a llover y todos sacaron sus paraguas o corrieron para escapar de ahí, pero yo no! Yo espere que pasara y te vi llegar ya casi al anochecer.

¿Que paso después?
¡No sé!
¿Y si fueras tu?
¿Si y si fueras tú quien murió, que hubiera pasado?
¡Por eso quiero tocar tu piel, para saberte viva y dueña de mis manos!
¡Cuándo dejes de amar te llevare a escuchar los músicos del parque, los que no cobran!
Porque si fueras tu, el camino de mi vida, ya este parque no estaría, ni pudiera mentirte con un paraíso de sueños heridos.
¡Cata esta cosecha olvidada por barata!
Y luego vístete y vete, porque si fueras tú quien hace mis noches poesía, hoy seria feliz.
No olvides contarle a las calles de regreso a casa que aquí nadie murió, que hubo lagrimas, pero se escaparon con la primera luz, con la primera caricia que sintió tu piel de miedo, luego todo amor.
¡Aunque si fueras tu quizá no habría pecado!
¿Si fueras tu?
¡Solo té hacia poema y te cubría de rosas por una eternidad hasta que te vuelvas mar sobre mis desiertos, ¡para entonces verte morir sabiendo que eres tu!