Quisiera enviarte una postal, pero no recuerdo tu nombre, ni tu dirección y rompo a reír cuando veo tu cara en mis ojos.
Después compro otra lagrima.
Y sigo creyendo que un día regresaras.
Y seguiré creyendo que vas a regresar aunque hoy estés muy lejos.
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario