¡El reflejo del sol en la oscuridad, los vientos filtrándose por las pequeñas hendiduras de la ventana y unos cuantos botes de cerveza sobre los buroes! ¡Dejaban ver cual inocente era la vida dentro de aquel espacio, solo dependiente de una lámpara, una mesa, cortinas rojas y un espejo!
Pero le gustaba descansar desnuda bajo la mesa, como si fuera perla en su ostra.
La proyección que escapaba de la imagen elipsoide reflejada en la nada de sus ojos parecía perderse como un olvido, como un suspiro tras sus sueños y lloro.
Ella trataba de ver mas allá de sus horizontes y encendió la lámpara, se seco las lagrimas y saco su ropa interior para vestirse.
Mientras los cuervos se daban besos entre ramas secas, aquellas hijas de árboles muertos que daban vida a escenas frías y dantescas, la hacían llorar. ¡Pero no te vi caer ahí! Dentro de los nidos de uvas en fermentos, solo escuche tu voz.
Los hijos de tus veranos pasados se volvieron ráfagas de viento, que te ponían a sonreír de tu propia razón. ¡Hasta que la lucidez te volvía el canto muerto de las voces diáfanas en mis oídos!
Y tu espejo te dio vida otra vez, te invito a sentir tentaciones desconocidas. A ver tu:
¿Dónde dejaste tus mares? ¡Entre sabanas o entre estrellas!
¿Hoy dejaste mas noches sin usar? ¡Las dejaste entre tu falda!
Vale madre, vale madre nuestra vida sino tenemos mentiras y tus sueños se estrellan en el espejo de tus errores. Te hacen ser un ser sin entraña, un ser sin venas, sin sangre, sin amor y es el mismo espejo de los otros tiempos que te grita, te espanta pero no te miente, solo te refleja
¿Que hubiera podido ser de tu camino?
¿Dónde hubieras guardado tus cristos?
¿A donde tendrías tus sueños?
Si no estuvieras aquí, nada, si no hubiera salida al mar, igual, todo seria igual.
Solo soy tu propia voz metida en un invierno crudo, de mas de seis otoños de espera y de otras muchas Madres muertas, no las nuestras pero muertas
¿Y en tus amores? ¡Nada! ¡Solo meras perspectivas sin cumplir!
Y te tomaste el veneno, el veneno mágico del perdón que te llevo a decir amor bajo tu falda, perros odios, perra suerte; ¿que más quieres de mí? Si ya me has robado todo, el terso de mi piel, el brillo de mis ojos, los cuentos de mi infancia y ya no tengo mas que darte solo lagrimas, solo olvidos y el dolor de no verte aquí.
¿Que tienes para mí?
¿Porque tus flores son de plástico?
Tu estabas hundida entre los fangos del mundo perpetuo y te vi gastar tus ultimas monedas en una pieza de pan, que no te sirvió de mucho, pues el hambre era mas dura que tus sueños y mataste pájaros.
La mañana llego con sus trinares y la ventana se vio ciega de sol. ¿Que hay entre la tierra? ¿Quieres ver como se sacrifican los hongos? Anda di que sí.
Vamos a ver morir la vida cualquiera que esta sea. A ver lagrimas en el suelo y a robar un poco de hambre de los pobres para ser mas iguales y poder saber a que saben las desgracias ajenas en nuestro propio cuerpo.
Tu me amaste alguna vez, pero te fuiste buscando suerte en los horizontes de lo desconocido. Y aunque pude decirte adiós con un beso en la frente, no lo hice. Mejor me escondí tras la puerta para poder esconder mis lagrimas que eran muchas y muy vivas, y no me quedo mas, solo los vientos que arrastraban hojas de un lado a otro y el recuerdo de que tu me amaste alguna vez.
Pero hoy tus labios dijeron mi nombre mientras dormías y me viste pecar en tus sueños de fuego. Con tus sabanas mojadas y tus ojos abiertos.
Luz, la luz volvió a mis caminos.
Y los cuervos comieron carne humana en los basureros, mira mujer yo no peco ni perdono errores, solo consumo aire, como todos, o que crees ¿qué es eterno?
¡Yo soy la luz!
