Era un ángel sucio y cansado de dar vueltas en la habitación del sol. Sus ropas estaban rotas y a pesar de que había estado pidiendo limosna, no consiguió ni para medio pan. ****
Ya de madrugada el ángel se lavo la cara, se quito la ropa y doblo sus alas para dormir. Después soñó como sus entrañas vomitaban demonios.
Al día siguiente despertó con asco y miedo, renegando de dios y de su desgraciada belleza.
Luego los días pasaron, el ángel solía mirar los amaneceres, leer y comer uvas, sin darse cuenta de su palidez, sin darse cuenta que en su cara cada día era más notable. ¡Así cada día el ángel era más callado!!!
Entonces cansado del tiempo eterno, eterno y repetitivo decidió escapar de ahí, de ese lugar vació, vació y perfecto que le aburría.
El ángel sabio, sabia que la vida afuera de su azul burbuja seria diferente. Pero no le importo y cambio todo por lo desconocido.
>La realidad era un circulo de vicios, para los cuales el ángel no estaba preparado<
Pero no sabia distinguir entre los vicios y la vida, y a menudo confundía las cosas, es decir confundía la pobreza con un vicio y los vicios con algo común.
Una tarde mientras el ángel seguía el olor de las uvas termino perdido en gran vergel y no supo nada de sí ante la lluvia que lo ataco.
Las miles de uvas a su alrededor lo confundieron..... ¡Y por un instante sintió que regreso a su burbuja!
Pronto el ángel se olvido de todas las ideas de regresar a su burbuja y pronto se vio en las ambiciones carnales del mundo frío.
Una vieja lámpara de minero era toda la luz de la que disponía el ángel para leer de noche..... Y en los días de sol extrañaba sus alas. ¡Pero nada mas!
Años después el ángel aun guardaba sus alas bajo el colchón.
Pero a pesar de eso, era el mismo invierno.
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