lunes, 2 de agosto de 2010

Oscar Wilde



Oscar Wilde

(1856 - 1900)

El Poeta Narcisista

Su verdadero nombre fue Oscar Fingal O’Flahertie Wills. Escritor irlandes nacido en Dublín en 1856, de lengua inglesa, estudio en Dublín y posteriormente en la Universidad de Oxford. Desde muy joven se dio a como poeta adicto a las ideas estéticas de Walter Pater, pintor prerrafaelista, critico de arte y pensador epicúreo que tomo como máximo ideal en la vida el placer estético en todas las vivencias y experiencias vitales.

Tomo el sobrenombre de Oscar Wilde (el “extravagante” o “salvaje” Oscar), y como tal, se hizo famoso como poeta y dramaturgo. Hizo muchos viajes a Paris, donde se relaciono con unos escritores de la talla de unos Goncourt, Verlaine o Bourget. Era curioso ver al joven esteta presentarse ante un auditorio con una rosa en una mano, un libro de poesía en otra y la palabra ingeniosa en la boca.

En 1888 publico el exquisito relato de El Príncipe Feliz, y otros cuentos, y las narraciones policiaca El Crimen de Lord Arthur Saville y otros cuentos, a las cuales siguió su mejor novela, El Retrato de Dorian Gray, un personaje con el cual se identifico psicológicamente, y que seria en gran parte autobiográfico.

Sus obras maestras probablemente sean sus comedias para teatro: El Abanico de Lady Windermere, Salome (escrita en francés), Una mujer sin importancia, La importancia de llamarse Ernesto. Estas obras teatrales se distinguen por su dialogo exquisito y sus frases ingeniosas que han llegado a convertirse en frases celebres como aquella de: “En este mundo solo hay dos clases de personas que valen la pena: las mujeres con pasado y los hombres con futuro”. El teatro de Oscar Wilde es en realidad una sátira de la sociedad victoriana de su tiempo, llena de hipocresía y de prejuicios.

La critica literaria, sin embargo, fustigaba a Oscar Wilde, calificándolo de “brillante, pero superficial”, o “inconsistente”. Pero esta inconsistencia encierra el drama de su vida, porque Oscar Wilde es el ejemplo de un gran idealista que lo mismo que otros grandes artistas, como Leonardo Da Vinci o Tchaikovsky, acabaron sus vidas en una inversión sexual. La manera de ver la vida que tiene un artista, y sobre todo su forma de amar y de idealizar las relaciones amorosas, ya supone un alto nivel de hormonas femeninas, hasta el grado de divinizar todo lo femenino y comparar a la mujer con un ángel.

La forma de vivir, rindiendo culto a todo lo que es bello en la vida, aunque sea superficial, llevo a Oscar Wilde en un principio, a formar una familia victoriana, con una mujer y con unos hijos adorables y que parecían ser ejemplo para la sociedad de su tiempo, pero ya en El Retrato de Dorian Gray, se advertía que esta belleza superficial tenia un fondo de vicio y corrupción, que iba aumentando a medida que pasaba el tiempo.

En 1895 Oscar Wilde fue acusado d homosexualidad o sodomía, como se le llamaba entonces. Sus acusadores eran una serie de jovencitos, con los cuales supuestamente había tenido relaciones amorosas y sexuales. Wilde se presento al juicio pensando que su inteligencia y su gloria lo harían salir indemne de aquellas acusaciones. No quiso contratar un abogado, pues creía que el solo podría defenderse.

El juicio fue objeto de una publicidad escandalosa, en el cual se exhibió al gran escritor como un monstruo de depravación, ante una sociedad intolerante y fanática. La sentencia del juez, de dos años de prisión en Reading, no fue en realidad muy dura, pero los efectos de esta condena constituyeron el final de una brillante carrera y la destrucción de un hombre. Sin embargo fue entonces cuando, desde lo mas profundo de su desgracia, escribió lo mejor de su obra poética: La Balada a la Prisión de Reading, y De Profundis, que son cantos nada superficiales, llenos de sinceridad y arrepentimiento.

Una vez cumplida su sentencia, Oscar Wilde no pudo ser admitido en la sociedad londinense en donde tanto había brillado, ni tampoco fue perdonado por su familia que se avergonzaba de el. Vivió sus últimos años en un autoexilio en Paris, abandonado, ignorado, pobre, enfermo y vagabundo, como un bohemio maldito, un ex presidiario irredento, que no tuvo, como Verlaine, su amigo y contemporáneo, el consuelo de la fama, y así murió en Paris, completamente olvidado, en 1900. Sin embargo, su huella literaria dejaría una influencia perenne en la literatura mundial, sobre todo en sus discípulos franceses, como Andre Gide, y los hermanos Goncourt. En Inglaterra tuvo una gran influencia en el movimiento prerrafaelista que abarcaba la poseía y la pintura.

1 comentario:

tunetworker dijo...

Orale excelente Bio...
Me recordó a uno que tuvo una suerte muy similar solo que este no era Escritor sino científico y matemático mejor conocido como El Padre de la Inteligencia Artificial, Alan Turing...

Saludos gente!