sábado, 27 de septiembre de 2008

Detras de la mujer que ame

Aquella tarde el frió era muy fuerte, los últimos días de estudio habían llegado a su fin, ella igual que las hojas, partió, solo hizo lo que yo nunca hubiera esperado, me abrazo, me beso en la mejilla y me dijo adiós, yo estaba por esos días muy ocupado con la idea de poética en mi mente, quizá por eso era ausencias. Aunque eso no significaba nada, ni justificaba dicha ausencia, por eso me conforme con saber que pasaría bien las vacaciones.

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