La luna apagada y escondida dentro de un frasco esperaba que pasaran los buitres, en tanto reia y se pintaba los ojos para salir a pasear al muelle.La luna no sabe que hacer con sus deseos, y los esconde en su mesa de noche o entre los muchos recuerdos que tiene de cuando era joven, pero a veces cae en los brazos de alguna cosecha chilena de principios de siglo, la cata, la besa y termina diciendole sus mentiras a las gotas de lluvia que se esconden bajo el pasto.Asi al siguiente muerto le toco ser el primero en llegar al cementerio aunque ya no lo podamos ver reir.La resignacion que la luna llevaba en sus bolsillos la ponia entre otras cosas cerca del suicidio, el cual ya tenia muy maltratado de tantos intentos fallidos, pero todos esos intentos cayeron en los nidos de los pajaros, e incluso le provocaron heridas que no eran lo que esperaba.Bajo paso a paso la larga escalera arrastrando su vestido azul que tenia muchas manchas de sangre a causa de las mordidas de rata sufridas camino a casa.Ya en el salon sus ojos se conformaron con contemplar las sonrisas de los que esperaban para decirle sus hipocresias en forma de flores. Los largos dias se quedaron en un bar barato ,pero no querian volver a verla pues temian enamorarse.El pasillo era angosto y las lamparas aun estaban apagadas, pero por otra parte ahi podiamos ser felices y los paseos por el desierto podian ser una salida mas. Esa noche paso, ya al dia siguiente se fue con su alfombra magica cargada en espalda.El carruaje llego lleno de vino, lo habian mandado desde Chile, era una cosecha de 1817. La firma se leia:Luna, la que un dia murio entre ustedes.
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